Mi evolución dentro del mundo de la informática ochentera empezó con la Atari 2600, años después pasé al ZX Spectrum, luego la Gameboy y de ahí pegué el salto al PC. Posteriormente entrado el siglo XXI, tuve la Play 2 y la PSP, donde ya paré hasta que los consumidores de nuevas consolas son los de la siguiente generación.
Está claro que me faltó algo de por medio, entre el paso del PC y la generación más avanzadas de consolas como la PS2. En aquel momento el PC me pareció la plataforma definitiva, se podía estudiar y jugar con el mismo equipo, no me hacía falta una consola que había que conectarla a la tele que, por aquel entonces, en las casas por lo general había solo una. Pasado el tiempo y adentrados en el siglo XXI, con la PS2 o PSP, los juegos eran bestiales con una jugabilidad y calidad gráfica impensable en la época de los ordenadores de 8 bits, pero no me llenaban, no era lo mismo, ni se asemejaba a aquello que había vivido en casa o en los salones arcades en los años 80 y 90, que era lo que realmente consideraba como concepto de videojuego.
El emulador Mame suplió, en parte, esa necesidad de disfrutar los juegos arcade que más añoraba. Pero, la emulación aunque está muy lograda y sustituya a la perfección a las máquinas recreativas, no te produce la sensación de estar con la máquina real.
Pasados ya unos cuantos años, he querido tapar ese agujero de espacio-tiempo, y llenarlo con una consola de los 90. Había dos que siempre me han llamado la atención, la Super Nintendo y la Sega Megadrive, ambas consolas de 16 bits con una calidad gráfica muy buena, aunque la Super Nintendo ganaba en este aspecto con una paleta de colores superior. Tenía que elegir entre la dos, con el hándicap de no haber probado ninguna, pero finalmente me decidí por la Megadrive por su catálogo de juegos, más orientado al arcade de los salones recreativos, sus gráficos coloridos y la velocidad del procesador 68000 de Motorola.
Compra de la Megadrive
Una vez tomada la decisión hay que comprar la consola, me quería gastar menos de 40€ y tenía que venir con un mando y la fuente de alimentación original. Con estas premisas, finalmente me compré una Megadrive 2, aunque la primera versión tiene mucho mejor sonido, ésta es más compacta, el cable del mando es más largo y la calidad gráfica es la misma. Como de costumbre, la compré sin probar y así conseguí un precio que cumplía de sobra el límite de gasto que tenía previsto, a pesar del riesgo que asumía si finalmente no funcionaba.
Adicionalmente, compré el cartucho Everdrive en Aliexpress y el cable RGB-SCART en Retrocables.
Reparación básica
Una vez que llegó la consola y mientras esperaba que me llegara el cartucho de Everdrive y el cable para conectarlo a la tele, la limpié y miré si en la placa había algo que estuviera mal, pero no vi nada que me llamara la atención, al contrario, la placa estaba en perfecto estado y muy limpia sin ningún tipo de corrosión. Probé a encenderla, conectando la fuente de alimentación, y el led se encendía perfectamente.
Tanto en la placa como en la carcasa de plástico, en su lado interior, se puede ver la fecha de fabricación, que en este caso coincide, por lo que se podría confirmar que la consola no había sido manipulada en el sentido de que estuviera compuesta de restos de varias consolas.
Cuando llegaron el cartucho y el cable RGB-SCART, sobre todo el cable, que tardó una barbaridad, ya estaba en disposición de probarla pero, después de conectarle todo, no encendía. Al mover el conector del cable de la fuente de alimentación sí daba imagen pero tenía que buscar una posición para que se mantuviera estable y no se apagara.
Como esto es un poco incordio, abrí la consola para ver si el conector de alimentación de la placa estaba mal o tenía algo roto. En una primera observación las soldaduras aparentemente estaban bien pero, sin embargo, si movía el conector se veía que una estaba agrietada, probablemente la soldadura se soltó por las continuas conexiones y desconexiones del cable de alimentación. Esto como tenía muy fácil solución, quité el estaño de la soldadura antigua, le volví añadir estaño quedando el conector perfectamente fijado.
Primer encendido y cartucho Everdrive
Una vez que quedaba todo solucionado, lo suyo es jugar a un juego, elegí uno del cartucho Everdrive para Megadrive que compré en Aliexpress, es bastante económico, cuesta unos 25 €, y viene con una tarjeta micro SD de 4GB con un catálogo muy completo de juegos versión europea, americana y japonesa. Los juegos son en formato .bin, pero también probé otros descargados de internet con formato .md y ambos funcionan perfectamente.
El cartucho de Everdrive requiere cargar previamente en memoria el juego seleccionado de la lista que se muestra en pantalla. Había leído muchas críticas de que el cartucho de Aliexpress tardaba mucho en cargar en memoria, pero todo lo contrario, tarda muy poco, no sé si porque el tamaño de los juegos que he elegido era pequeño, pero todos me han cargado super rápido.
La consola la conecté a una tele moderna de LED de 40 pulgadas, y la conexión por euroconector va de lujo, la tele hace reescalado de la imagen a 16:9 ocupando toda la pantalla, hay gente que le molesta, pero a mí me ha encantado y se disfruta mucho cualquier juego a pantalla completa. Otro pero que se pone a las teles modernas, es que hacen un preprocesado de la imagen metiendo un retardo o "input lag", que se aprecia cuando pulsamos un botón y la acción se ejecuta un pequeño instante después, pudiendo parecer que somos muy malos jugando, porque nos matan una y otra vez sin saber porqué, cuando realmente no es así. En mi caso, no he apreciado el input lag, no sé si es por la conexión RGB o porque la tele es buena, pudiendo disfrutar de la consola a tope. Si en nuestra tele se nos da este input lag, la forma de solucionarlo es con un dispositivo que se llama OSSC que más adelante en otra entrada del Blog hablaremos en detalle de él.
Conclusiones
Todo lo que pueda decir es bueno, un maquinón, el cartucho Everdrive es un imprescindible, el sonido, la calidad gráfica, velocidad de movimientos de los juegos como Shadow Dancer, Joe and Mac, Afterburner 2, etc... Generan adición y estás deseando que llegue el finde para buscar un hueco y jugar un rato. Creo que tener una consola noventera es un must have, sobre todo si los juegos que nos gustan son los de nuestra época.
D.R. Spectrum
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